El 'free jazz' está concebido no como un lenguaje estructurado y musicalmente predefinido, sino como un protolenguaje. Una manifestación vestigial, un caldo de cultivo primigenio pleno de espontaneidad e invención inmediata. Cuando el jazz se hace libre parece desarticularse, deconstruirse a sus elementos de ruido escencial pero en ningún otro momento nos demanda tanta atención: se adivina como un juego de retos y exhortaciones. En sus recreos y reinvenciones niega las estructuras de las cuales proviene. Frente al atrevimiento de su desborde concebimos esa libertad como un lugar abierto, sin rutas, sin veredas, sin caminos trillados. En esa libertad no existen planteamientos unánimes o categóricos sino el confuso juego de ciertos códigos que vamos descubriendo poco a poco en su proceso de ejecución, en la improvisación. No hay cauces ni causas a las cuales apegarse, la música puede ser nota disidente, de ánimos volátiles. Ya sin apegos, en esa misma libertad nos atrevemos a perdernos en un vértigo de agitaciones constantes. En tanto revelación, el 'free jazz' tiene algo de los 'Evangelios', pero también del 'Finnegans Wake': una comprensión telúrica que en épocas de disidencia busca derretir el permafrost del mundo. Sin teleología explícita, su flecha temporal gira a todos lados. Es el brío de una música en estado nómada, en situación de escape perpetuo. Sus evocaciones señalan planetas recién descubiertos, un errar gitano y a la deriva del mundo. Música de entelequias y espacios hiperbólicos, de arborescencias y multidimensiones. Su lenguaje deviene en palabra trunca y ruido entrecortado. Si bien, su comunicación puede ser críptica, su fluir privilegia la sorpresa y la desintegración de nuestras expectativas y suposiciones previas.
'Song For' de Joseph Jarman combina formas vernáculas del jazz tradicional junto con procedimientos del avant-garde. Cuando lo escuchamos, parece que asistimos a un ritual chamánico que combina la recitación, la poesía, las formas neo dadaístas.
Delmark DE-410
Joseph Jarman (sax alto); Bill Brimfield (trompeta); Fred Anderson (sax tenor); Christopher Gaddy (piano, marimba); Charles Clark (contrabajo); Thurman Barker, Steve McCall (batería).
Octubre a diciembre de 1966.
#myjazzforeveryday