viernes, 2 de junio de 2023

Joseph Jarman. Song For


El 'free jazz' está concebido no como un lenguaje estructurado y musicalmente predefinido, sino como un protolenguaje. Una manifestación vestigial, un caldo de cultivo primigenio pleno de espontaneidad e invención inmediata. Cuando el jazz se hace libre parece desarticularse, deconstruirse a sus elementos de ruido escencial pero en ningún otro momento nos demanda tanta atención: se adivina como un juego de retos y exhortaciones. En sus recreos y reinvenciones niega las estructuras de las cuales proviene. Frente al atrevimiento de su desborde concebimos esa libertad como un lugar abierto, sin rutas, sin veredas, sin caminos trillados. En esa libertad no existen planteamientos unánimes o categóricos sino el confuso juego de ciertos códigos que vamos descubriendo poco a poco en su proceso de ejecución, en la improvisación. No hay cauces ni causas a las cuales apegarse, la música puede ser nota disidente, de ánimos volátiles. Ya sin apegos, en esa misma libertad nos atrevemos a perdernos en un vértigo de agitaciones constantes. En tanto revelación, el 'free jazz' tiene algo de los 'Evangelios', pero también del 'Finnegans Wake': una comprensión telúrica que en épocas de disidencia busca derretir el permafrost del mundo. Sin teleología explícita, su flecha temporal gira a todos lados. Es el brío de una música en estado nómada, en situación de escape perpetuo. Sus evocaciones señalan planetas recién descubiertos, un errar gitano y a la deriva del mundo. Música de entelequias y espacios hiperbólicos, de arborescencias y multidimensiones. Su lenguaje deviene en palabra trunca y ruido entrecortado. Si bien, su comunicación puede ser críptica, su fluir privilegia la sorpresa y la desintegración de nuestras expectativas y suposiciones previas.

'Song For' de Joseph Jarman combina formas vernáculas del jazz tradicional junto con procedimientos del avant-garde. Cuando lo escuchamos, parece que asistimos a un ritual chamánico que combina la recitación, la poesía, las formas neo dadaístas.


Song For

Delmark DE-410

Joseph Jarman (sax alto); Bill Brimfield (trompeta); Fred Anderson (sax tenor); Christopher Gaddy (piano, marimba); Charles Clark (contrabajo); Thurman Barker, Steve McCall (batería).

Octubre a diciembre de 1966.

#myjazzforeveryday

Chick Corea. Tones For Joan's Bones'



Chick Corea dijo en 1992: 'Tú sabes, no es como en el negocio actualmente. No sentí ningún tipo de presión para hacer un disco por mi cuenta y sucedió cuando tenía que suceder. Era más importante seguir trabajando. En la actualidad es más importante construir una discografía. Estoy contento de no haber sentido esa presión'.

Chick Corea es un pianista y compositor de una destacada energía y rango dentro de su instrumento en donde combina un idioma jazzístico con gran libertad junto con un marcado interés en estructuras más formales. Nacido en Massachusetts, Corea posee una ascendencia latina la cual ha teñido el carácter de su música que se ha decantado por la fusión, el estilo de composición influenciado por Bela Bartók y el 'free jazz'. Él es un ejecutante completamente expresivo con una postura intelectual bastante compleja. Corea está comprometido con la Cienciología y en algunos de sus trabajos posteriores se ve dibujado este curioso sistema de creencias y mitologías pero ésto es una parte de su genialidad como compositor que incluso escribiendo una narrativa totalmente hermética siempre puede ser accesible y disfrutable para los escépticos y los profanos.

Corea ha manifestado su ambición por asimilar las cualidades 'dancísticas' del jazz y la música folk hacia la disciplina más estructurada de la música clásica. Corea ha escrito media docena de melodías consideradas como clásicas, las tan covereadas 'La Fiesta', 'Return To Forever' y 'Tones For Joan's Bones'. Dado que Corea ya había estado tocando por más de 20 años no existe razón para considerar que 'Tones...' como el trabajo de un niño prodigio. Bajo ningún tipo de presión, Corea graba como un líder de banda y es producido por Herbie Mann bajo una actitud muy desenfadada, lo cual es evidente en cada tema del disco. La pieza que da título al disco ya es un tema clásico y la apertura de 'Litha' merece un análisis posterior. Los intereses de Corea en el clasisismo son evidentes en el breve 'Trio For Flute, Bassoon And Piano', el cual es diferente del extendido enfoque de 'hard-bob' del resto del álbum. Chick suena en ese momento con su estilo propio y en posesión de cada recurso que habría de explotar en los años futuros. La escritura suena confiable, fresca y con un swing atrevido. Canciones como 'Sundance', 'Converge' y 'The Brain' reflejan un Corea en estado embrionario pero también, bastante desarrollado.




Tones For Joan’s Bones

Atlantic 75352

Corea (piano); Stuart Blumberg, Woody Shaw (trompeta); Joe Farrell (sax tenor, flauta); Steve Swallow (contrabajo); Joe Chambers (batería).

Noviembre a diciembre de 1966.

Fuente: The Penguin Jazz Guide. Traducción propia.

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